El pájaro no quiso que sus alas siguieran atadas a las jaulas de la soledad y se amarró una bolsa de plástico al cuello.
Siguió el ejemplo de su hermano mayor, quien se atravesó un palo en la garganta, el mismo palo donde ambos se besaban en memoria de sus padres, padres que los veían y de rabia asesinaron a sus otros hijos, hijos que murieron comidos por sus padres apenas siendo huevos.
Los que lograron escapar murieron de frió, murieron de hambre, murieron al ver lo cruel que es la vida siendo apenas
simples pájaros.
Lemuel Luna